Avena
Debido a su rico contenido en almidón y lípidos, la avena ofrece hidratación, reestructuración y propiedades emolientes, ideales para el cuidado de las pieles sensibles y reactivas. Es nutritiva y regeneradora ya que contiene proteínas y aminoácidos. También contiene saponinas con cualidades de limpieza y purificación. La avena es remineralizante, gracias a la gran cantidad de minerales que la conforman.
Manteca de Karité
Es una grasa vegetal muy rica en ácidos grasos, vitaminas y antioxidantes. Penetra la dermis con facilidad, crea una barrera protectora sobre la piel que ayuda a reducir la pérdida de agua transepidérmica y la protege frente a agresiones ambientales y climatológicas. Al ser tan nutritiva, es una gran amiga para las pieles sensibles y secas, aportándole la tersura y firmeza que le falta. Al ser tan rica en antioxidantes (especialmente en vitamina A), la manteca de karité es ideal para aliviar reacciones alérgicas de la piel y una gran aliada para quienes sufren de condiciones como dermatitis o psoriasis. Además, las propiedades antiinflamatorias de la vitamina E contribuye a suavizar las cicatrices de la cara: ya sea producto de acné, quemaduras del sol o una piel muy seca.
Moringa
Sus capacidades de nutrición e hidratación derivan de su riqueza en Omega 3 y vitaminas E, C, A y algunas del grupo B, que dan brillo natural y mantienen el aspecto saludable de tu piel. La moringa es una de las plantas con mayor poder antioxidante del planeta, ideal para combatir arrugas y líneas de expresión. Además, tiene un efecto antimicrobiano que ayudar a prevenir la formación de puntos negros y acné.
Manzanilla
La flor de manzanilla calma las pieles sensibles con tendencia a irritaciones cutáneas. Produce un efecto refrescante, además de tener un poder limpiador y tonificante en la piel. Cuando se usa regularmente, hidrata y nutre profundamente.