La piel es el órgano que regula la temperatura corporal y que tiene la función de defensa primaria contra el medio ambiente. Su capa más externa, el estrato córneo, funciona como barrera de la piel, controlando la pérdida de agua y de electrolitos.
El agua se fija a la capa córnea gracias a sus sustancias hidrosolubles e higroscópicas inercelulares. Este mecanismo esencial, llamado Factor Humectante Natural de la piel, mantiene el balance de agua dentro de la piel, asegurando la flexibilidad y la correcta actividad de las enzimas hidrolíticas.
¿Cómo proteger y lograr un buen funcionamiento de la barrera cutánea?
Para lograr un correcto funcionamiento, la barrera cutánea no debe tener alteradas su estructura ni su organización. Ya que, de hacerlo, podría verse afectada la homeostasis de la piel. Las alteraciones de la barrera cutánea pueden deberse a factores intrínsecos o extrínsecos, provocando el desarrollo de enfermedades cutáneas como la psoriasis, dermatitis atópica, ictiosis, etc.
Cuando esto sucede hay que restaurar la barrera cutánea, es decir, reestablecer la estructura y función de la barrera de permeabilidad epidérmica. Esto se logra a través de tres pilares básicos del cuidado de la piel:
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Limpieza de la piel: con limpiadores faciales y corporales.
- Protección solar: para evitar el daño de los rayos UV.
- Hidratación: utilizando humectantes e hidratantes